La numerología es una ciencia muy antigua. Su origen data de la época babilónica, fenicia y hebrea.  El filósofo y matemático griego Pitágoras (580-520 a.C) fue el primero en plantear una teoría científica según la cual los números regían la creación y tenían una grandísima influencia en la vida de los hombres.

 Platón (472 a.C) elogiaba tanto los números que afirmaba que sin ellos la filosofía no tenía sentido.  Decía que los números poseen una vibración particular y su influencia se extiende a varios campos como lo son las emociones, las ideas, el sentido espiritual de la vida y la experiencia material de las cosas.

 La numerología nos puede aportar información tan reveladora y sobre todo “liberadora”, como puede ser nuestra misión de vida, nuestras fortalezas, nuestras debilidades, los desafíos de vida, etc.   Nos aporta información sutil y muy profunda.

 También es conocida con el nombre de  Gematría, que es como se le define a esta ciencia en el estudio cabalístico, el cual parte de un razonamiento ecuacional, gracias al cual resolvemos la organización del universo.

 La Gematría estudia los valores numéricos de las 22 letras del alfabeto hebráico (lengua sagrada) y consiste en reemplazar las letras (“el verbo”) por valores numéricos  que se asocian a su vez al Árbol Cabalístico y sus 10 Sephirots.

Las 22 letras o Authiots y los Sephirot son auténticos arquetipos, energías vivas con las que se establecen correspondencias y hacen que cada nombre o palabra esté cargada de una vibración particular según el número que resulte.  Cada número es un paquete de información.  Se trata de una energía infinita, tal y como son infinitos los números.  Es como un mapa de orientación personal, lleno de códigos numéricos que nos descubren nuestras  debilidades pero también nos hacen ver nuestro potencial, nuestro carácter, nuestros dones y virtudes.  Nos ayuda a comprender el por qué de nuestras limitaciones y nos da pistas de cómo poder superarlas.

La numerología se sirve del símbolo, el cual nos acerca a una dimensión oculta de otras realidades que nos cuesta visualizar y reconocer.  El número es abstracto y concreto pero también es la expresión energética y viva de todo lo que existe.